El futuro de nuestras sociedades necesita de una nueva civilización cimentada en la solidaridad. Solidaridad que no es sólo caridad. La caridad va en una sola dirección. Del que da hacia el que recibe. La solidaridad es hacer en conjunto, en unión, compenetrados, en comunión, en comunicación, en cooperación. Es multidireccional.
Además la Solidaridad abarca todos los aspectos de la vida. Está en la cultura. Una cultura solidaria. En la política. Una política de la Solidaridad. También en la Economía, que es la base de inmensos procesos sociales en dónde también debe desarrollarse una Economía de la Solidaridad.
La Economía Solidaria es producir, distribuir, consumir, satisfacer necesidades, organizados por la solidaridad. En la Economía Capitalista, el Capital es el organizador de la actividad económica. Subordina al factor Trabajo, a la Tecnología, a la Gestión, a los medios materiales y a la misma solidaridad. En una Economía dirigida desde el Estado, desde el Factor Gestión, este organiza y subordina a los otros factores de la producción.
Cuando el Factor Solidaridad organiza, todos los otros factores de la Economía, ellos son subordinados a ella para potenciar la Solidaridad. Se da entonces un financiamiento para la Solidaridad. Los medios materiales y la tecnología se organizan para propiciar la Solidaridad. Las formas de gestión son participativas, entre iguales. El trabajo se da bajo la óptica y la vivencia del trabajo asociado.
Hoy en Barquisimeto más de 120.000 personas se distribuyen los productos agrícolas a Bs 320 el Kg en las ferias cooperativas de precio único. En medio de una espiral inflacionaria encontramos una isla de bajos precios, sin subsidios y sin explotación de productores o trabajadores. Ese sistema está diseñado y organizado por una comunidad solidaria, que produce, distribuye y consume en acción solidaria. Su objetivo es el de una comunidad. No es el hacer un negocio de unos pocos produciendo y distribuyendo bienes de consumo básico. Es el de una comunidad que viviendo en Solidaridad, construye una nueva vida.
Soñemos con nuestra Venezuela, con nuestra Latinoamérica, con nuestro mundo en el que la Economía de la solidaridad sea el principal modo para producir, asociando nuestro trabajo, que sea el principal sistema para distribuir, que se el principal sistema para satisfacer nuestras necesidades.
Esa economía solidaria será la base de una nueva civilización solidaria. Construyámosla hoy, aquí y ahora, en pequeño y en grande y mostremos, a nosotros y a todos, lo que puede ser un futuro solidario.